Hoy voy a intentar daros una dieta para que no tengáis nunca más problemas con el exceso de peso. Es importante remarcar la importancia de que una dieta saludable debe convertirse en un hábito para que realmente sea efectiva a largo plazo. La dietas severas pueden funcionar a corto plazo pero de lo que se trata es de poder mantener un peso estable a lo largo del tiempo. De esta manera, aparte de tener un mejor aspecto físico, conservaremos un óptimo estado de salud.
Como he comentado en anteriores blogs, una alimentación sana debe ir acompañada de ejercicio físico y viceversa. Ambos factores, más que ser modos de comportamiento pasajeros, deben convertirse con el paso de tiempo en hábitos, es decir, los debemos incorporar a nuestra rutina como una más de las actividades diarias que acometemos cada mañana al levantarnos de la cama. Si bien en un primer momento comenzamos una dieta para perder peso por un motivo de estética, tenemos que interiorizar que esta pérdida de peso significará un beneficio inestimable para nuestro organismo, con la consecuente mejora en nuestra calidad de vida.
Una vez que conseguimos perder los kilos que nos sobran, lo más importante es no volver a recuperarlos. Por eso la importancia de que la dieta alimenticia que nos haya ayudado a conseguir nuestro peso ideal no sea algo momentáneo, sino una hábito que perdure en el tiempo.
Además cuando una dieta equilibrada se convierte en un hábito, la lucha contra la obesidad no nos supone ningún esfuerzo sobrehumano. En cambio, a la vez de ser muy perjudicial para la salud, las constantes subidas y bajadas de peso suponen un esfuerzo mental considerable.
El tener un buen aspecto físico no está reñido con comer bien. No es necesario pasar hambre para no engordar, simplemente no debemos ingerir más calorías de las que realmente necesitamos. Es una cuestión de aplicar el sentido común. Si un coche necesita 7 litros de gasolina para recorrer 100 km, un varón adulto necesita unas 2.500 kilocalorías por día mientras que una mujer necesita unas 2.000. Todas las calorías que consumamos de más significa que se las acumulamos con la consiguiente subida de peso.
Aunque parezca tan fácil, nos seguimos empeñando en utilizar fórmulas mágicas sin ningún fundamento científico ni médico, que al cabo del tiempo pasan a ser modas obsoletas. La última que he escuchado es la "dieta del mango africano". Al parecer el jugo de este mango proveniente de Camerún nos hace perder peso si lo ingerimos diariamente sin variar un ápice nuestra dieta. Con todos mis respetos para la gente que siga esta dieta, si desayuno 5 churros con chocolate, a media mañana me como un bocadillo de beicon acompañado de una cocacola, para comer me meto una gran hamburguesa con sus patatitas fritas y un buen vaso de cerveza y para cenar termino el día con unas croquetitas y un par de empanadillas de atún con tomate, dudo mucho que por beberme 3 vasitos de zumo de mango camerunés mantenga un tipito estilizado.
Pues bien, ahora os voy a dar un ejemplo de una dieta que, aún sin ser milagrosa, os va a ayudar a olvidaros de los problemas de peso para siempre (acordaros de que lo ideal es combinar dieta y ejercicio físico):
Lunes | Martes | Miercoles | Jueves | Viernes | Sábado | Domingo |
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Desayuno | ||||||
Media mañana | ||||||
Comida | ||||||
Merienda | ||||||
Cena | ||||||
Fuente: página web de RTVE
-Desayuno: Los hidratos de carbono del desayuno pueden ser cereales o una tostada de pan integral con mermelada con bajo contenido den azúcar.
-Media mañana: El hidrato que ingeramos podría ser un par de galletas integrales. También podemos comer algo de proteína como pavo, jamón cocido o jamón serrano.
Javier García Armendáriz
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