Hola a todos,
Como sabéis hay muchísimos métodos para adelgazar, algunos muy válidos, otros no tanto y la mayoría un completo fraude. Usando el sentido común hay una ecuación muy simple para perder peso, a saber:
Ingesta menor de las calorías consumidas habitualmente + ejercicio = pérdida de peso.
Esta simple fórmula es tan cierta como la de 2 + 2 = 4, por mucho que pseudocientíficos se empeñen en demostrar lo contrario haciéndonos creer que la única manera de adelgazar es usando métodos complicadísimos para adelgazar como, por ejemplo, las dietas disociadas, las basadas en consumo de alimentos de alto contenido proteico u otras en las que prácticamente no comes (esas funcionan, morirte de hambre adelgaza seguro). La inmensa mayoría de estas dietas tienen una dudosa base científica e incluso pueden ser muy dañinas para nuestra salud. En lo que todos estaremos de acuerdo es que queremos perder peso para ganar en salud, aparte de para tener un mejor aspecto.
Como he mencionado anteriormente, lo ideal es la combinación de una alimentación adecuada y el ejercicio físico. Aunque por separado también también ayudan, sin duda, sumando ambos factores tendremos mejores resultados. Hoy voy a centrarme en uno de los dos,
el ejercicio físico.
En la sociedad actual el principal problema con el que nos encontramos a la hora de programar una rutina de ejercicios físicos diaria es la manida falta de tiempo. Pues bien, os aseguro que para introducir el ejercicio físico en vuestra vida diaria no os hace falta más tiempo del que ya disponéis, así que a partir de ahora la falta de tiempo ya no será una excusa para no ejercitaros y mover el culete (ya se os podrá llamar vagos oficialmente).
Lo que aquí propongo, más que una programación exhaustiva de entrenamiento físico, es un ligero cambio de hábitos. Esto es lo que realmente significará un verdadero cambio en vuestras vidas a la hora de controlar el exceso de peso. Con unos hábitos adecuados que perduren en el tiempo, conseguiréis mantener un peso óptimo a largo plazo además de un estado de salud envidiable. Eso sí, nos tenemos que olvidar del corto plazo y pensar que, si bien, los efectos no son inmediatos, son para toda la vida.
A continuación os detallo una serie de hábitos que podréis introducir en vuestra rutina diaria sin ningún esfuerzo:
- Caminar lo máximo posible. Siempre que la distancia lo permita, evitar coger el coche o el transporte público y andar. Incluso cuando se sale a cenar fuera o a tomar una copa no hay mejor manera de bajar esa maravillosa y copiosa cena que con un buen paseo de vuelta a casa.
- Tratar de evitar los ascensores. Recordad que todo ejercicio por pequeño que parezca suma. Bajar y subir escaleras puede dar mucha pereza, pero os aseguro que todo es acostumbrarse, cuando se convierta en un hábito lo haréis sin pensarlo.
- Estando en casa, además de estar tumbado en el sofá viendo la televisión, que se está muy agustito, podemos hacer 20 minutitos diarios de abdominales y flexiones mientras vemos nuestro programa favorito. Como mencioné anteriormente , aunque en un principio esto os parezca una locura, con los días os resultará más y más fácil.
- En los días libres tratar de salir a caminar a buen ritmo y sin deteneros al menos una hora.
Estos son solo algunos ejemplos, pero hay muchísimos más. Todo lo que suponga un ejercicio físico continuado supondrá una quema de calorías.
Hay que tener presente que hablamos de
hábitos, es decir, modos de proceder
adquiridos por repetición de actos, no hablamos de comportamientos pasajeros o temporales. De la misma manera que desayunamos, comemos, los domingos vamos a misa (algunos), los viernes hacemos la compra de la semana,...a diario hacemos ejercicio físico.
Javier García Armendáriz